La osteopatía es prevenir y tratar problemas de salud aplicando estiramientos y masajes en los tejidos, articulaciones y músculos.
No obstante, es importante destacar que existe una rama que es menos conocida. Esta se encarga de aplicar terapia manual sobre los órganos internos del cuerpo, vísceras y vasos sanguíneos. Sirve para mejorar su funcionalidad y para prevenir y aliviar tensiones. Hablamos de la osteopatía visceral.
Está vertiente se centra en:
● Órganos internos, como el hígado, pulmones o estómago.
● Problemas urológicos o digestivos.
● Problemas de próstata e incontinencia.
● Endometriosis.
● Afecciones provocadas por depresión o estrés.
La finalidad de la osteopatía visceral es descifrar cualquier tipo de disrupción en el eje natural en que se mueven los órganos internos. La evaluación de las relaciones estructurales entre las vísceras y sus uniones ligamentosas o faciales al sistema músculo-esquelético es la base para este tipo de tratamientos.
Hay que aclarar que la osteopatía visceral como tal no existe. Si hacemos referencia a aplicar los principios osteopáticos en los pacientes que llevan a tratar ciertas vísceras durante el tratamiento, perfecto. Si lo relacionamos a abordar cualquier paciente desde técnicas que van dirigidas a la esfera visceral, sin importar la problemática ni valorar al paciente, hay que dejar claro que no es osteopatía.
Esta es una terapia manual que apuesta por buscar la raíz de la tensión que provoca los problemas del paciente. Una vez que se detecta el origen, el osteópata trabaja de manera específica sobre los tejidos del órgano.
En algunos casos, puede parecer que la fuente del dolor está directamente relacionada con el área en donde se localiza la dolencia. Hay que recordar que el enfoque de la osteopatía es ver el cuerpo como uno solo. Esto también se extiende a la compleja red de relaciones que existe entre los órganos internos.
Esta rama de la osteopatía entiende que hay fuerzas normales en el cuerpo que muchas veces se alteran por fuerzas anormales. Esto trae como consecuencia que diferentes áreas del cuerpo tengan que adaptarse a esta situación anormal.
Nuestros terapeutas hacen una evaluación a través de técnicas específicas. El objetivo es ayudar a que estas fuerzas normales del cuerpo eliminen los efectos anormales sin importar su fuente. Dichos efectos pueden ser globales y abarcar distintas áreas de la función corporal.
En términos generales, la osteopatía visceral se basa en aplicar masajes de manera suave. La finalidad es estimular la movilidad, el tono y el movimiento normal de las vísceras y sus tejidos conectivos.
Todas las vísceras del cuerpo humano están ancladas a una estructura ósea a través de ligamentos. Además, se unen unas con otras mediante mesos, ligamentos y epiplones. Todas estas presentan una relación muy importante y estrecha con el músculo diafragma.
La osteopatía visceral se encarga de eliminar la rigidez estructural y mejorar la movilidad y motilidad visceral. A su vez, estimula la inervación y la vascularización.
Es posible que todas nuestras vísceras presenten patrones de dolor referido cuando estén alteradas, cada una de ellas en diferentes partes del cuerpo. Esto genera que exista tensiones anómalas ligamentosas y faciales que ocasionan mayor rigidez estructural, lo que trae como consecuencia la aparición del dolor.
Es fundamental realizar un buen diagnóstico diferencial de las dolencias para poder tratarlas de la forma más afectiva y evitar en algunos casos que esa dolencia resurja.
Hay que tener claro que una víscera, con un movimiento correcto, funciona mejor. En nuestro centro de rehabilitación en Murcia contamos con personal especialista para efectuar este tipo de tratamientos. De esta forma, ayudamos a que los pacientes mejoren sus dolencias en el menor tiempo posible.
La osteopatía visceral tiene como objetivo restaurar la movilidad del movimiento normal de las vísceras. La limitación de dicho movimiento (hipomovilidad), se produce cuando un órgano no se desliza de manera correcta en relación a las estructuras anatómicas que tienen una relación directa con él o que lo rodean. Las causas pueden ser:
● Cambios en las tracciones de esas fijaciones debido a la restricción de movilidad de un nivel anatómicamente relacionado.
● Adherencias provocadas por cirugías o infecciones.
● Un espasmo de las fibras de la musculatura de la víscera, sobre todo en el caso de las que son huecas (por ejemplo, el intestino grueso o delgado). Esto es porque la vascularización, inervación o alimentación no es la adecuada. También se puede producir debido a la falta de movimiento de una articulación o los músculos, con origen en alteraciones funcionales viscerales.
● Irritación e inflamación.
Otros de los objetivos de esta terapia son:
● Favorecer la circulación sanguínea
● Disipar tensiones musculares y espasmos
● Que los planos de deslizamientos tengan una lubricación natural y los elementos de sujeción y unión sean lo más elásticos posible
Ya hemos dicho que la principal herramienta para este tipo de terapia son las manos. Sirven para realizar una serie de masajes que van a permitir restablecer el correcto funcionamiento de los órganos internos.
El terapeuta aplica secciones aproximadamente de 40 minutos. Utiliza movimientos hacia arriba y hacia abajo, de atrás hacia adelante y de un lado a otro. La finalidad es masajear los órganos y liberar la tensión de los mismos o las restricciones que impiden que este funcione de manera óptima.
Estos masajes pueden ser de movilización, alargamiento de los tejidos o comprensión. El número de sesiones va a depender en función de la respuesta al tratamiento. El osteópata tiene la capacidad de desarrollar un plan que se base en las necesidades del paciente y en cómo responde su cuerpo a la terapia.
● La osteopatía visceral da respuesta a los desequilibrios estructurales y funcionales en todo el cuerpo (sistema músculo-esquelético, nervioso, vascular o respiratorio).
● Es una práctica que estimula las capacidades naturales del cuerpo, como ya se ha mencionado. Mejora el funcionamiento de los órganos, reduce los efectos negativos del estrés y optimiza el movimiento de los músculos y huesos gracias al tejido conectivo.
● Es posible alcanzar dolencias y afecciones físicas y no tan físicas como la depresión, el estrés, estreñimiento, dolor de cabeza o la migraña. Incluso puede tratar problemas de salud como los cólicos en los bebes.
● Otro de sus beneficios es la mejora en los procesos de digestión, el tratamiento de los dolores lumbares y la reducción de hinchazones.
Es importante acudir a un centro de osteopatía para prevenir futuras dolencias y recibir el tratamiento adecuado.