Las enfermedades de la articulación temporomandibular son comunes en los humanos debido a su proximidad a muchos órganos y a la cercanía con la cabeza. Cuando ocurren alteraciones en esta, el paciente puede experimentar dolor, disfunción, limitación de la función o incluso discapacidad.
La importancia de mantenerla en una condición sana va a garantizar nuestra capacidad óptima para desarrollar funciones como masticar, tragar, hablar y escuchar.
A continuación, conocerás cómo determinar si padeces un trastorno de la articulación temporomandibular. Infórmate de los síntomas y de cómo tratar el dolor mediante algunos tratamientos.
También conocida como ATM, esta articulación se ha convertido en una de las razones más frecuentes por lo que las personas acuden a una clínica de fisioterapia. Los trastornos que ocurren en esta se han convertido en causas comunes de dolores de cabeza, dientes, oídos y mandíbula.
La articulación temporomandibular es un área compleja de la anatomía y puede ser difícil de entender sin verla. No se trata solamente de una articulación. En realidad, consta de varias articulaciones que tienen diferentes funciones y están conectadas por varios ligamentos, músculos y tendones.
Es una articulación que conecta la mandíbula inferior con el hueso temporal en el costado de la cabeza. Se compone de dos articulaciones: una articulación condilar y una superficie articular. El hueso temporal y la mandíbula están cubiertos de cartílago articular, mientras que el cóndilo está cubierto de cartílago hialino.
Se ubica en el medio de cada lado de la cabeza y juega un papel clave en el habla, la alimentación, la deglución y la masticación.
Los trastornos de la ATM generalmente son causados por un mal funcionamiento de uno o más de los músculos y articulaciones de la mandíbula.
En la mayoría de los casos, las afecciones que involucran la articulación temporomandibular producen dolor e hinchazón. Por eso, muchas veces es necesario someter al paciente a rehabilitación.
Las patologías de la ATM son un conjunto de trastornos que afectan a las articulaciones de la mandíbula. Estas pueden ser causadas por una variedad de factores y ocasionar un rango de movimiento limitado en la zona afectada.
Esta área, como cualquier otra del cuerpo, puede sufrir fractura o dislocarse produciendo serios problemas acompañados de algunos de los siguientes síntomas:
La articulación temporomandibular se ve afectada por diferentes tipos de patologías que se pueden dividir en dos categorías: patologías degenerativas y patologías traumáticas.
Las patologías degenerativas son causadas por el desgaste con el tiempo o el envejecimiento. Mientras que las traumáticas son causadas por impactos repentinos o lesiones como accidentes automovilísticos o lesiones deportivas.
Las alteraciones de la ATM se producen por diferentes factores por lo que a veces es difícil determinar la causa precisa que la origina. No obstante, es normal que aparezca tras lesiones, enfermedades, malos hábitos de masticación, pérdida de dientes, espasmos musculares o incluso por envejecimiento.
Puede presentarse por desórdenes congénitos de nacimiento o durante la etapa del desarrollo. También puede ser causado por una actividad extenuante o por uso excesivo en los músculos alrededor de la mandíbula. Asimismo, ciertas condiciones médicas como la artritis llegan a afectar el correcto desempeño de esta articulación.
Otra causa de ATM puede deberse a un trauma recibido en la cara o la cabeza que cause daño a los músculos alrededor de la mandíbula. Igualmente, es posible que una infección en el área facial o en la garganta se extienda hasta perjudicar esta zona de la mandíbula.
Además, la presencia de tumores cerca de la articulación y tener antecedentes familiares con trastornos ATM se convierten en factores de riesgo.
Existen muchas opciones de tratamiento para el dolor de la ATM, incluidos medicamentos, fisioterapia, atención quiropráctica y cirugía. Todo dependerá de la gravedad y el tipo de lesión.
Para establecer un diagnóstico exacto será necesario someter al paciente a una evaluación médica. Este posiblemente realice una radiografía o una tomografía informatizada junto con otros exámenes.
El tratamiento de la ATM a menudo empieza con relajantes musculares y medicamentos antiinflamatorios para aliviar el dolor. Si estos tratamientos fallan, se prescriben analgésicos para reducir la inflamación y ayudar en la curación. En algunos casos, se requiere fisioterapia para el tratamiento de la ATM, especialmente si hay daño por una lesión.
En casos más complejos será necesaria la intervención quirúrgica. La cirugía de la articulación temporomandibular es un procedimiento clínico. Tiene como objetivo aliviar el dolor y restaurar la función en personas con problemas de la ATM.
Hay diferentes tipos de esta cirugía y cada una tiene sus riesgos y beneficios. Hay tres tipos de cirugía de la articulación temporomandibular: Fijación interna de reducción abierta, descompresión subcondilar artroscópica y Artroplastia mínimamente invasiva.
El trastorno de la articulación temporomandibular se puede tratar con fisioterapia, siendo un tratamiento muy efectivo para reducir molestias. Incluye ejercicios físicos y cognitivos que ayudan a mejorar la fuerza muscular y la coordinación. La rehabilitación de la articulación temporomandibular es un proceso de restauración de la función y la fuerza de La ATM.
La fisioterapia para la ATM se aplica para ofrecer al paciente alivio a los síntomas que generan estos trastornos. La terapia de masaje puede disminuir el estrés en los músculos que causan el dolor y mejorar la circulación. Es posible sacar la tensión o rigidez muscular a través de una serie de movimientos específicos
Asimismo, mediante la acupuntura se logra minimizar la inflamación y restaurar el equilibrio de los sistemas del cuerpo. Otras técnicas como aplicar calor y frío, en combinación con masajes, ofrecen alivio y fortalecen la parte delantera de la cara y el cuello.
Para que el tratamiento de fisioterapia sea exitoso, es importante que los pacientes entiendan cómo ha ocurrido su lesión. También deben saber qué hacer para evitar que vuelva a ocurrir una lesión mayor.