Las actividades que ejerces como parte de tu trabajo pueden repercutir de forma negativa en tu salud. Más aún cuando no estás consciente de realizarlas adecuadamente y con la prevención necesaria para evitar posibles lesiones.
El simple hecho de pasar demasiado tiempo en una misma posición frente a un escritorio, puede desencadenar ciertas afecciones que requerirán de tratamientos y terapias para poder superar dolencias y otros síntomas.
Te presentamos a continuación cuáles son las lesiones más comunes a las que se puede estar expuesto mientras se trabaja. Entérate de las causas y cómo se pueden prevenir algunas de estas.
La tendinitis es un tipo común de lesión laboral que afecta los tendones del cuerpo. Afortunadamente, tiene una alta probabilidad de mejorar cuando es debidamente tratada por un especialista o en un centro de osteopatía mediante técnicas apropiadas.
La causa más común de tendinitis es el uso excesivo de un tendón, o la tensión repetitiva que puede provocar inflamación, degeneración y dolor. Esta afección puede ser el resultado de tareas repetitivas como escribir a máquina o levantar objetos pesados. También puede ser causado por actividades físicas como la jardinería o el deporte.
Si no se tratan oportunamente, estas lesiones pueden desencadenar problemas a largo plazo, como dolor crónico y artritis. La tendinitis a menudo afecta el área del hombro o del codo, pero puede presentarse en cualquier parte del cuerpo si se usan demasiado los músculos.
Es importante entender que existen diferentes tipos de tendinitis y que no deben tratarse de la misma manera. En algunos casos, el tratamiento puede implicar reposo y rehabilitación, mientras que otros casos requieren cirugía. Cuando el tendón se ha desprendido del hueso puede que la mejor opción para corregirlo sea la intervención quirúrgica.
El dolor de espalda es uno de los padecimientos más reportados, y tiene su mayor incidencia debido a las malas posturas durante las actividades laborales. La fisioterapia en Murcia proporciona a los pacientes tratamientos altamente efectivos, capaces de corregir desviaciones y minimizar dolencias.
Otros factores como pasar muchas horas sentado o alzar frecuentemente objetos pesados, ejerciendo una mecánica incorrecta, pueden generar daños en la cervical o el lumbar. Cuando experimentes dolor de espalda, un diagnóstico adecuado será clave para determinar si tienes una afección subyacente que requiera tratamiento específico.
Asimismo, cuando las molestias se vuelven constantes y prolongadas, estas pueden ser señales de alerta que requieren observación médica. En estos casos el paciente puede estar desarrollando algunas de las siguientes patologías: cervicalgia, dorsalgia o lumbalgia.
Los que realizan trabajos de oficina y los que alzan cargas pesadas son los más propensos a desarrollar problemas en estas zonas. Por esta razón, deben estar atentos si durante tu jornada laboral se mantiene la espalda en una alineación adecuada.
Curiosamente, en países como Estados Unidos, el dolor de espalda es una de las principales causas de ausentismo laboral.
El síndrome del túnel carpiano es un trastorno nervioso que causa dolor, entumecimiento, hormigueo y debilidad en las manos, dedos y brazos. Es causado por la presión sobre el nervio mediano en la muñeca.
El síntoma más frecuente del síndrome del túnel carpiano es la rigidez en los dedos pulgar, índice, medio y anular. Otros síntomas pueden incluir sensación de ardor en la mano o el brazo.
Este síndrome se puede tratar con ejercicios de fisioterapia que estiran y fortalecen los músculos de la mano. Estos ejercicios generalmente se realizan durante 20 minutos todos los días durante dos semanas a seis meses. Sin embargo, hay algunos casos en los que se requiere cirugía para liberar la presión sobre los nervios de la muñeca.
Una idea errónea común ha sido creer que este problema sólo les ocurre a quienes trabajan en frente a un ordenador o escriben todo el día. Lo cierto es que esta condición afecta a personas de todos los ámbitos de la vida, no sólo a quienes trabajan con las manos.
Los esguinces están muy presentes entre las lesiones laborales más comunes y pueden manifestarse de forma aguda o crónica. Se producen cuando los ligamentos en la articulación entre dos huesos se estiran más allá de su rango normal de movimiento hasta romperse. Puede ocurrir en varias partes del cuerpo, siendo recurrentes en tobillos, muñecas, codos y las rodillas.
Los esguinces producen dolor e hinchazón que pueden durar semanas o incluso meses. También pueden llevar a daños permanentes e incapacidad. La sensibilidad en el área afectada suele aparecer de repente y puede ser muy molesto porque limita el movimiento.
Los trabajadores que trabajan constantemente de pie, desplazándose de un lugar a otro, son más propensos a sufrir este traumatismo. Igualmente puede originarse por una caída o por trabajar con objetos pesados. Se estima que alrededor de un tercio de todas las lesiones laborales son causadas por esguinces.
La osteopatía está muy indicada para estos casos, ya que su objetivo principal es restaurar la función de las articulaciones y los músculos activando favorablemente todo su rango de movimiento.
Ciertamente las fracturas de hueso pueden ocurrir en cualquier momento al ser víctima de un accidente laboral. Pero también hay factores como el hecho de pasar largas horas en sedentarismo que pueden influir negativamente en personas que padezcan otras patologías como la osteopenia. La falta de actividad puede empeorar a largo plazo ciertas condiciones y producir fracturas por debilitamiento del hueso.
Estar sometidos a largos periodos de estrés también pueden ser causantes de accidentes y fracturas. La prevención es la mejor manera de evitar este tipo de traumatismo. Realizar ejercicios regularmente y llevar una alimentación adecuada contribuirán a mantener una condición fortificada en los huesos.
No obstante, una vez que se sufre la ruptura de un hueso, la recuperación puede ser larga, dolorosa e incómoda. La buena noticia es que hay muchas maneras de recuperarse de esta lesión. Una forma es a través de la rehabilitación, que puede realizar un fisioterapeuta experimentado o un médico cualificado.
Los avances tecnológicos han llevado a un aumento en la cantidad de personas que pueden recuperarse de una fractura ósea con la ayuda de la fisioterapia y la osteopatía.